Wednesday, May 23, 2007

LA PALMERA.-


En nuestra Iglesia tenemos hace ya algunos años una hermosa palmera, la vimos crecer desde muy pequeña y sus ramas llegaron a ser tan grandes que muchas veces le dije a mi esposa: “si tuviéramos que sacarla de la sala mayor, no me imagino como lo haríamos, tendríamos que romper sus ramas o bien romper la pared.”-
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Dado su crecimiento, y viendo que el espacio de su raíz era pequeño se decidió cambiarla de maceta y así lo hicieron los que saben. Todo parecía que muy pronto iba a crecer mucho más, pero por lo contrario, nos fuimos dando cuenta que comenzó a secarse en alguna de sus ramas, fueron sacando ramas y tratando de que quedaran aquellas que estaban bien.-
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Un domingo cuando llegué al servicio estaba allí yo solo, la miré y estaba muy pequeña, parecía que no viviría por mucho tiempo, lentamente fue apagándose, hasta que el último domingo llegué y no estaba más y habían puesto una nueva muy pequeña.-
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Le dije a mi esposa: “¿Dónde está la palmera?”. Bueno, yo estaba muy preocupado, sonará esto muy raro pero me sentí dolido, ella me dijo: “Creo haberla visto en el patio, la han sacado para que tome sol.”-
Nunca me pude imaginar nuestra palmera saliera de la sala ¡eran tan grandes sus ramas!-
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Me puse a investigar para ver que habían hecho mal los que trataban con ella, encontré esto:-
• No tienen la capacidad de regenerar los tejidos dañados, por lo que hay que evitar las heridas.-
• En cualquier caso, siempre se tendrá mucho cuidado en no dañar los troncos -no hay que olvidar que por carecer de cambium, las palmeras no pueden cicatrizar y cualquier daño que sufran les durará indefinidamente.
Hoy saldré para la Iglesia temprano a trabajar en mi oficina y de paso la observaré detenidamente y trataré de ver si ella tiene alguna herida en su tronco o algo así.-
Tengo que avisar a nuestra iglesia de que debemos cuidarla y en espacial nuestros niños, que tanto les gusta acercarse a la palmera y jugar con ella, debo advertirles de esto. No quiero que la dañen más.-
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Mientras pensaba esto a mi mente llegó una palabra de Dios que dice:-
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”. 1ª Pe 3:7 -
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No podía dejar de pensar en esto, me di cuenta la relación que Dios estaba enseñándome y de cómo los hombres muchas veces no sabemos tratar a nuestras esposas y producimos en ellas daños que son a veces irreparables.-
Dios me habló en esto y me ha puesto en mi corazón hablar de esto. -
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Nuestra congregación está compuesta por parejas de diferentes países en su mayoría latinas, y Dios habló a mi corazón para que hablara a nosotros los hombres de lo importante que es tratar a nuestras esposas con el mayor cuidado y no según nuestra sabiduría hacer con ellas sin darnos cuenta que lo que para nosotros es lo mejor… para ellas puede ser mortal.-
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El domingo 13.05.07 abordaré este tema en la Iglesia en una prédica.-
Para aquellos que no nos puedes escuchar o que simplemente solo leerán este mensaje quiero decirles lo siguiente:-
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Ora ahora mismo al Señor y pídele que abra tu entendimiento, mira a tu esposa a aquella mujer que Dios ha puesto a tu lado. Tal vez la ves con todos sus fortalezas, tal vez la veas con cierto pensamiento que digas ella es así o asa, y me ha hecho esto u lo otro.-
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Obsérvala bien, y trata de ver sus heridas, su dolor, no mires otra cosa. ¡Te sorprenderás! -
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Equipo de Colaboradores de la Obra Tocando el Corazón del Templo de Dios – Obra Misionera Católica –
Creado por: S.A.R.S. Príncipe Hugo de Rurikovich
Ministro Especial para la Unión de los Pueblos de Dios de la Royal and Imperial House
of Orient-Dinastía de los Septimio-Bahtzabbay el Tadmur.
Colaborador: Lic. José Luis Malnis