Friday, January 18, 2008

ASI ES LA VIDA.-

Trabajo cada día hasta las 2,30 o 3,00 de la madrugada, de lunes a domingo. A veces hasta las 4,00 o 4,30 A.M. Desde hace unos 30 años me acostumbré a dormir entre 5 a 6 horas máximo cada día. El problema ahora es que a veces me siento un poco cansado; no en vano el próximo 16 de agosto del presente 2008, cumpliré 58.
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Mi actual forma de vida, es la que mi propio destino me ha asignado. Yo solo cumplo con “aceptarla, respetar humildemente las decisiones del creador e intento a su vez aprender las lecciones procurando vivir con dignidad y sencillez”.

En realidad no somos nada comparados con el Universo. El conocido y el aún desconocido. Y aunque somos parte del todo, por nuestra propia torpeza, nos separamos de él, nos enfrentamos a él, y más aún pretendemos cambiarle a él. La osadía y la estupidez del hombre, el egoísmo y la ambición desmedida, el desconocimiento y la imprudencia, el atropello y la falta de respeto; nos está llevando a nuestra propia auto-destrucción.

Sinceramente y después de unas cuantas duras lecciones que la vida me dio, me siento cada día mejor “en el mundo al que he tenido que adaptarme”. Y esta no es la forma de vida que yo quería o deseaba desde mi infancia y adolescencia. Pero no puedo ni debo culpar a nadie, tampoco sentirme desgraciado pensando en ¿Por qué a mí?, porque si así es, es porque así lo merezco. Dios me dio muchas satisfacciones en el pasado (también me las da ahora en otro tiempo y espacio), él me concedió todo cuanto anhelé. Pero un buen día todo me lo quitó, para darme una gran lección y hacerme crecer como “ser humano”. Y ahora creo saber cual es su mensaje. Ahora sé que nunca me abandonó. Por el contrario, hubo ocasiones o hechos a través de los cuales fui yo quien olvidó mis propios principios y creencias…

No es fácil aún mirándonos fijamente ante un espejo, desear, querer o poder reconocer nuestros propios errores. Para eso hace falta humildad, sencillez, honradez, y claridad. Lo primero que tenemos que conseguir es “desear descubrirnos y aceptarnos tal y como somos”. Luego vendrá la confianza de enfrenarnos al mundo, la naturaleza y nuestros semejantes con respeto y amor; primero hacia nosotros mismos y después a los demás.

Hoy por ejemplo, siendo tan solo un día más, como ayer o anteayer. Me desperté pronto después de haberme acostado tarde, miré a través de mi ventana, entonces vi un día gris y aparentemente triste. Deseaba dormir un poco más. Estos últimos días he tenido visitas en casa, reuniones, entrenamientos, comidas, cenas, charlas, tertulias, etc…miré el reloj que marcaba las 8,20 a.m. Empecé a recordar las cosas que debía hacer. Lo primero eran mis oraciones matinales, luego mi sesión de entrenamiento habitual, una buena ducha, desayuno (que no llegué a ingerir por falta de tiempo), revisar fugazmente mi correo electrónico, mientras la lavadora hacia la colada. Tomar apuntes de aquellas cosas que no debería olvidar hacer durante el día presente. Puse en marcha otro ordenador porque necesitaba copiar un DVD para acercarlos a casa de mi amigo José Manuel, pasar al correo, realizar algunas compras en el supermercado, recoger a mi hija en la Universidad, realizar algunas gestiones con ella y después comer juntos, etc..

Finalmente y después de dejar tendida la ropa, salí a la calle. El viento estaba muy frío y como dije antes, el día muy gris. Aún así miré al cielo, tome aire, respire hondo y dí gracias a Dios por un día más. Arranqué mi coche, el cual debería llevar al taller de la BMW a 10 minutos de casa. Allí me recibió mi buen amigo Julio. Tomé otro BMW de alquiler para realizar mis gestiones del día. Y viajando por la carretera, volví como cada día a procurar disfrutar de todas y cada una de las cosas, objetos, árboles, plantas, animales o personas con la que me iba encontrando en mi camino. Admiré aquel cielo gris y triste, con sus extrañas formas según el movimiento de sus nubes. Gocé del frío aire que con fuerza y agresividad chocaba contra mi rostro y mi cuerpo al caminar. Contemplé y bendije la carretera, y los árboles junto a ella. Oí atentamente el ruido de coches y personas en su habitual ir y venir. También pude saborear del silencio casi absoluto en ciertos tramos. Llegué a la Universidad, me encontré allí con mi hija, obvio porque era para lo que había ido. Juntos fuimos al correo, y luego a casa de José Manuel.

Nuestra siguiente misión era visitar a su abuelo (Antonio), quien desafortunamente se encontraba en el hospital, puesto que en la madrugada del lunes pasado, sufrió un accidente casero y se rompió la cadera. Imagino que ya a sus 89 años, este tipo de situaciones serán muy difíciles de llevar. Al llegar al Hospital, una muy triste sensación recorrió mi cuerpo completamente al verle allí postrado en una cama, extremadamente delgado (antes de fin de año había sufrido un pre-infarto, del cual había salido afortunadamente bien parado después de unos lógicos días de hospital y control), pálido y muy débil. Se sorprendió al verme, extendió su tierna mano la cual cogí con tanto amor y afecto. Tenía moretones por ambas manos y brazos, quizá de las agujas del tratamiento médico, talvez de la caída o ambas cosas. Así estuvimos conversando durante largo rato, mientras yo sin soltar su mano, procuré transmitirle mi energía, mi amor, respeto y atención. Más tarde se ánimo a comer y pude contemplar como de pronto había recuperado un poco más de alegría, vivacidad y luz en su anciano rostro. En tres ocasiones me repitió su alegría sincera de verme allí junto a él. Yo también me sentía feliz, a pesar de que ese no era un buen momento. Pero sé que siempre le quise y que guardo un montón de bellos recuerdos de nuestros mejores tiempos en el cercano pasado.

Mañana será operado de su lesión y ruego a Dios que él pueda regresar pronto a su hogar, y que esta sea una nueva ocasión para visitarle, abrazarle y manifestarle todo el amor que siento por él. Después de esta triste visita, mi hija y yo nos fuimos a comer. Eran ya las 18,00 horas cuando recién lo conseguíamos. Alba tenía esta noche una obra de teatro y a mi sorpresivamente me llamaron para invitarme al Estadio Santiago Bernabéu, a disfrutar del Campeonato de Liga Primera División. Partido entre el Real Madrid contra el Mallorca, en las finales de las eliminatorias de la Copa del Rey. Llevo 31 años en España, y es la primera vez que acepto una invitación para ver un partido de fútbol en vivo y en directo. La verdad, mejor no hubiese ido. Lo digo por el terrible frío que junto a Mario pasé allí, y el malísimo partido que el Real Madrid nos ofreció. Perdiendo 0 a 1, que vergüenza. Creo que tardaré otros 30 años en regresar…

Finalmente, nos reunimos un pequeño grupo de amigos para echarnos unas cervezas y “celebrar nada”. Después a casita, y aquí estoy, narrando como ha sido un día más en mi vida.

Es así la vida. Esta conlleva deberes, obligaciones, alegrías y penas. Esfuerzo, bondad, gentileza, y a veces egoísmo. Amor y a veces odio. Compromisos, risas y lágrimas. Emociones placenteras, y otras de tristeza…..ES ASÍ LA VIDA, vivámosla procurando disfrutarla a cada instante. Afrontando las obligaciones y los retos, las ofertas y las demandas…pero no dejemos de vivirla y compartirla. Si es posible respetando, admirando, celebrando, cediendo, comprendiendo y AMANDO.
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Al final de cuentas, hemos venido a este mundo para APRENDER, para formar y desarrollar al máximo nuestro espíritu. “Cada uno de nosotros, puede ser todo lo bueno que se proponga ser”.

Fr.+Raúl Gutiérrez O.B+GC
DIRECTOR DE LA SMK
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FOTO1: Fr.+ Raúl y Maribel Verdú, actriz de cine.
FOTO2: Fr.+ Raúl y Javier Bardem, actor de cine.
FOTO3:Fr.+ Raúl, y Fr.+Mario, Gran Collar y Muy Augusto Bailío en el Santiago Bernabeu.